Proyecto educativo en situación de emergencia en Burkina Faso
Escolarizar a los niños y las niñas desplazados que son afectados por la crisis de seguridad
Si bien es cierto que Burkina Faso ha recuperado cierta estabilidad política, aunque Burkina Faso ha recuperado un cierto grado de estabilidad política el país sufre desde 2016 ataques recurrentes de grupos armados en casi todo su territorio. Este clima de creciente inseguridad ha dejado a la población en una situación precaria: en 2020, los ataques de los grupos armados provocaron el desplazamiento masivo de más de un millón de personas y el cierre de 2.500 escuelas, dejando a más de 300.000 estudiantes desescolarizados.
Ese mismo año, la pandemia de la COVID-19 empeoró mucho la situación, lo que supuso el cierre de las escuelas en todo el país en marzo, antes del final del curso escolar, que termina oficialmente entre junio y julio. De este modo, las crisis de seguridad y sanitaria han impedido que muchos niños y niñas tengan acceso a la educación.
Para hacer frente de forma eficaz a la necesidad urgente de educar a los niños y niñas desplazados, vulnerables y empobrecidos, Enfants du Monde coordina dos proyectos educativos de emergencia, gracias al valioso apoyo de los fondos para la educación sin demora (Education Cannot Wait) en el mundo, en zonas del país notablemente afectadas por la crisis.
Nuestro impacto sobre el terreno
Enfants du Monde se compromete a cambiar el destino de miles de niños y niñas. Entre 2022 y 2023, los objetivos de nuestro proyecto son los siguientes:
- más de 80.000 niños/as desplazados y vulnerables serán escolarizados en un ambiente de aprendizaje seguro y protector;
- 38 docentes y 8 formadores y formadoras serán contratados y se les ofrecerá formación para poder acoger a más de 1400 menores en centros educativos de educación alternativa o de formación profesional;
- 5000 estudiantes recibirán documentos administrativos como el acta de nacimiento o el documento nacional de identidad;
- se rehabilitarán o construirán 615 escuelas.
Escolarizar a los niños y niñas desplazados y vulnerables en un contexto de crisis
Nuestros equipos en Suiza y sobre el terreno trabajan para mejorar el acceso, la permanencia y la continuidad de la educación, en un espacio seguro y protector, para los niños y niñas desplazados en edad escolar (3-17 años), los refugiados y los niños de familias de acogida vulnerables en las regiones del Sahel, Centro-Norte, Centro-Este, Boucle du Mouhoun y Este.
Para garantizar la continuidad de la escolarización de estos/estas niño/as, Enfants du Monde organiza clases de recuperación para los estudiantes que se hayan quedado rezagados en su aprendizaje, ofrece formación acelerada y aumenta la capacidad en las aulas. Asimismo, se facilitan documentos administrativos como el acta de nacimiento o el documento nacional de identidad para poder inscribir a los niños y niñas desplazados en la escuela.
Con la distribución de kits de higiene, se presta especial atención a las niñas, para ayudarlas a permanecer en la escuela cuando llegan a la pubertad, a los/las niño/as con discapacidad, a través de la creación de rampas para sillas de ruedas, y otros niños y niñas que padecen otro tipo de factores de exclusión, como, por ejemplo, la distribución de bicicletas para los que viven lejos de las escuelas.
El objetivo a largo plazo es permitir que el alumnado se reincorpore al sistema educativo ordinario para continuar su formación.
Ofrecer un espacio de aprendizaje adaptado
Para garantizar unas buenas condiciones de aprendizaje, nuestra asociación abre centros de educación alternativa y espacios de formación profesional. Para adaptarse a los desplazamientos de las poblaciones que huyen de los conflictos armados, las poblaciones locales han construido aulas provisionales (por ejemplo, rehabilitando espacios en desuso) o incluso móviles (estructuras ligeras) con los materiales disponibles para acoger a niños/as de entre 9 y 16 años que han abandonado la escuela.
La enseñanza se realiza en la lengua nacional y en la lengua materna de los niños para favorecer su aprendizaje. Los docentes reciben formación específica en enfoques pedagógicos innovadores para garantizar una supervisión más eficaz. Uno de los aspectos clave de estas formaciones es la protección de la infancia, debido al aumento de la violencia que generan estas situaciones de crisis y a los riesgos que corren los niños y niñas (matrimonio precoz, trabajo infantil, etc.).
El alumnado también recibe material escolar, como mochilas, cuadernos y libros de texto, y equipos de iluminación para que puedan realizar sus tareas, incluso cuando no hay electricidad. Para proteger la infancia y a los docentes de la COVID-19, se distribuye material de protección como mascarillas y los kits para lavarse las manos con jabón y gel hidroalcohólico.