Done ahoraAdma, alumno en Burkina Faso
En Burkina Faso, el 44 % de la población vive por debajo del umbral de la pobreza. Desde 2016, el país se enfrenta a ataques recurrentes de grupos armados en casi todo el territorio. Este clima de creciente inseguridad pone a la población en situación de precariedad y provoca importantes desplazamientos de familias y niños.
Además del conflicto armado, el sistema educativo de Burkina Faso sufre dificultades para ofrecer una educación de calidad a los niños y las niñas. Una gran parte de los alumnos y de las alumnas no tiene los conocimientos y habilidades básicos necesarios al final de su escolarización. Para suplir las carencias de los alumnos y de las alumnas, se han creado escuelas primarias bilingües con el fin de mejorar la calidad de la enseñanza y satisfacer las necesidades de los alumnos.
Adma*, de 11 años, vive en Uagadugú y tiene la suerte de asistir a una de las 30 escuelas bilingües que apoya Enfants du Monde en Burkina Faso. Al aprender en la lengua oficial y en la local, Adma progresa mucho más rápido que si solo estudiara en francés.
Me ayuda a poder utilizar mi lengua materna, el mooré, sobre todo para leer. En el futuro me gustaría ser docente.
Adma 11 años, alumno en Burkina Faso
© Adrien Bitibaly/Enfants du Monde/Fairpicture
Las escuelas primarias bilingües tienen el mismo contenido que las demás escuelas del sistema público, pero con algunas especificidades adicionales como el uso de las lenguas nacionales junto con el francés para la enseñanza de las asignaturas y la adaptación de los materiales didácticos al contexto local con el fin de satisfacer las necesidades de la población.
© Adrien Bitibaly/Enfants du Monde/Fairpicture
Enfants du Monde apoya la formación de docentes en Burkina Faso, que aprenden sobre la enseñanza bilingüe y la pedagogía activa. Animan a los niños y las niñas a participar más en las actividades haciéndoles protagonistas de su aprendizaje. De este modo, los niños y las niñas adquieren los conocimientos para ser más autónomos y podrán utilizar lo aprendido en su vida diaria.
¡Solía ser como un policía! Ahora he comprendido que hay que poner al niño en el centro del proceso de aprendizaje. En matemáticas, formo grupos y hago que los niños manejen monedas como si estuvieran en el mercado. Todos participan. Esta formación me ha ayudado mucho.
Estudiantes trabajando en grupo, Burkina Faso
© Adrien Bitibaly/Enfants du Monde/Fairpicture
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