23.05.2017 – En los países en los que trabaja Enfants du Monde suele haber pocas niñas escolarizadas, o incluso ninguna, y rara vez las mujeres son autónomas, y suelen encontrar distintos obstáculos en su vida diaria.
En una familia pobre, es más habitual que sea la hija, antes que su hermano, quien deba quedarse en casa, no pudiendo ir a la escuela. Además, las niñas suelen casarse a edades tempranas para dejar de ser una carga económica para sus padres. Los proyectos educativos de Enfants du Monde favorecen la escolarización de las niñas para permitirles ser autónomas y emanciparse al llegar a la edad adulta. Se organizan reuniones de sensibilización para los padres, con el fin de que lleven a sus hijas a la escuela. Las clases son tanto teóricas como prácticas, el horario está adaptado a las tareas domésticas de la niña, y existe la posibilidad de aprender un oficio al finalizar la formación escolar; estos son los principales incentivos para las familias. Una niña escolarizada que aprenda una profesión y gane dinero podrá ayudar a su familia, de modo que no será una carga económica. Además, así se reducen las probabilidades de que la niña se case precozmente y de que tenga un trabajo precario.
Como una mujer embarazada tiene poca información sobre el desarrollo de su embarazo y del parto, y no puede ir a un centro de salud sin el consentimiento de su marido o su familia política, Enfants du Monde insiste en la sensibilización en sus proyectos de salud. Las embarazadas y las madres aprenden a cuidarse por sí mismas, y a conocer sus derechos en materia de salud. Además, se las informa de los riesgos ligados al embarazo y al parto, y se las anima a realizar un seguimiento y a dar a luz en presencia de personal médico cualificado. Aún así, los maridos y la familia política tienen un papel esencial en la salud de la embarazada, de la madre y del recién nacido, por lo que los proyectos de salud de Enfants du Monde los implican al mismo nivel que a las mujeres.