31.07.2012 - Tras la muerte de su padre, hace algunos años, la madre de Anouar decidió irse a Dhaka, esperando que la capital le permitiese encontrar un trabajo suficiente para mantener a sus 7 hijos. La familia tomó entonces el camino del éxodo rural, sumándose al flujo incesante de pobres en búsqueda de una vida mejor.
Lamentablemente, en Dhaka la miseria afectó a la familia, por lo que Anouar tuvo que empezar a trabajar para ayudar a su madre. No pudo ir a la escuela, con lo que el sueño de una vida mejor se alejó.
Sin embargo, en el barrio de Mohammadpur donde habita, una escuela un poco diferente le abre sus puertas. Se trata de una escuela a la que, incluso, niños con más edad pueden ir, los horarios son adaptados en función de los niños que deben trabajar y se facilita la atención médica gratuita si hay necesidad.
Gracias a esta institución apoyada por Enfants du Monde, Anouar pudo finalmente volver a los bancos escolares. Ahí aprende sus materias preferidas como el inglés, el bangla y las ciencias naturales, que le permiten saber más sobre la contaminación del agua, ya que quiere ser pescador como su difunto padre. El continua ayudando a su familia, ya que tiene libre a partir del mediodía.
Así, en la mañana, Anouar aprende y se forja un futuro. Y, por las tardes vende los algodones de azúcar en un mercado del barrio. La vida no es siempre fácil para él y su familia, pero gracias al dinero que gana y a la educación que recibe, Anouar espera poder volver algún día a su pueblo natal y hacer allá su futuro.
Nuestro proyecto de educación en Bangladesh